Heath Ledger, 28, Actor.
Mejor conocido por tu actuacion nominada al Oscar como Ennis Del Mar, uno de los vaqueros gay en la pelicula del 2005 El Secreto de la Montaña, Leger era un joven talentoso en la cuspide de la grandeza cuando murio la semana pasada en Nueva York. El originario de Australia, a quien le sobrevive su hija de 2 años, Matilda, acababa de terminar su trabajo en la segunda parte de "Batman", en donde aparece como un villano, el Guasón.
Aqui esta mi traducción de un Artículo en el NEWSWEEK por Christopher Nolan director de Batman The Dark Night donde comparte estos recuerdos con nosotros:CARISMA TAN NATURAL COMO LA GRAVEDAD
Por Christopher Nolan/NEWSWEEK
Enero 26 2008
Una noche, mientras estaba parado en la Calle LaSalle en Chicago, tratando de alinear una toma para "The Dark Knight", un asistente de producción se atravieza en su patineta en mi linea de visión. Silenciosamente, maldigo el momento en el que Heath llegó patinando por primera vez a nuestro plató totalmente maquillado como su personaje. Temí por la reacción de los fans a un Guasón que anda en patineta, pero el resultado no fue otro sino la proliferación de patinetas entre los miembros del equipo mas jóvenes. Si uno les preguntara a esos chicos porque habían elegido traer sus patinetas al trabajo, hubieran contestado honestamente que no lo sabian, Eso es carisma de verdad- tan invisible y natural como la gravedad. Es lo que Heath tenía.
Heath estaba lleno de creatividad. La tenía en cada gesto. Una vez me dijo que quería esperar entre trabajos hasta que le daba hambre de creatividad. Hasta que la necesitara de nuevo. Todos los dias traía consigo esa actitud a nuestro plató. No hay muchos actores que lo hagan a uno sentirse avergonzado por quejarse frecuentemente de tener el mejor trabajo del mundo. Heath era uno de ellos.
Una vez, él y otro actor estaban rodando una escena complicada. Teníamos dos dias para rodarla, y al final del primer día, de verdad encontraron algo y Heath estaba procupado de que tal vez no lo volería a encontrar si nos deteniamos. El quiso seguir y terminar. Es difícil pedirle a la gente que se quede a trabajar hasta tarde cuando todos sabemos que hay suficiente tiempo para terminar el siguiente día. Pero todo el mundo pareció entender que Heath tenia algo especial y que tenía que capturarlo antes de que desapareciera. Meses después, me enteré que cuando Heath abandonó el plató esa noche, silenciosamente agradeció a cada uno de los miembros del equipo por quedarse a trabajar hasta tarde. Sin tratar de hacer un ejemplo de eso, solamente agradecido por la oportunidad de crear que le habían dado.
Esas noches las calles de Chicago estaban llenas de escenas peligrosas. Estas pueden ser a veces aburridas para un actor, pero Heath estaba facinado, con gusto aceptó nuestra invitación a subirse al auto que lleva la cámara mientras perseguiamos vehiculos atravez de tráfico ficticio-no solo por lo emocionante del paseo, sino para ser parte de este. De todo. El solia traer su computadora portatil con él, y haciamos proyecciones rápidas de dos de sus trabajos en proceso: cortometrajes que el habia hecho que eran emocionantes y cautivadoras. Su exuberancia me hicieron sentir cansado y pesado. Nunca me habia sentido tan viejo como cuando vi a Heath explorar sus talentos. Esa noche le hice una oferta-sabiendo que no me tomaria la palabra-de que se deberia sentir libre de venir al plató cuando tuviera la noche libre para que pudiera ver lo que haciamos.
Cuando uno se hace a la tarea de editar después de rodar una película, siente la responsabilidad hacia un actor que ha confiado en uno, y Heath nos dio todo. Mientras comenzabamos a cortar (el filme), me cuestionaba acerca de cada toma que elegiamos, cada corte que haciamos. Visualizaba la proyección donde tendriamos ue mostrar el filme terminado-sentado tres ocuatro filas detras de él, observando los movimientos de su cabeza buscando claves de lo que pensaba sobre lo que el no habia dado. Ahora esa proyeccion nunca sera real. Lo veo a diario en mi cuarto de edición, estudio su cara, su voz. Y lo extraño profundamente.
De vuelta en la Calle LaSalle, me vuelvo hacia mi asistente de diercción y le digo que saque al chico de la patineta de mi toma quendo me doy cuenta- es Heath, con sombrero ajustado por debajo de sus ojos, aqui en su noche libre para cobrarme mi oferta. No puedo evitar sonreir.
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